sábado, 10 de octubre de 2009

Los programas, esos desconocidos

Ésta hubiera debido ser la primera entrada del blog pero, dos semanas tras el comienzo del cuatrimestre, aún no creo que sea demasiado tarde. En cierto modo, ésta es una entrada para estudiantes un poco distraídos, pero hay peores flaquezas que el despiste.

Se trata de que hay programas para todas y cada una de las asignaturas que me toca impartir y están en la red, en la web de la facu, para ser más precisos.

Los de traducción literaria inglés-español y traducción literaria alemán-español son de mi puño y letra, y, puesto que la disciplina es la misma, se traduzca del inglés o del alemán, también son prácticamente idénticos (él de alemán contiene una pizquita más de bibliografía). Estos dos programas se autoexplican razonablemente bien y dejan algo de margen para la variabilidad que puedan aconsejar las características concretas de unos grupos que el autor de los programas desconoce en el momento de redactarlos.

Los de las dos asignaturas restantes ya son programas a la boloñesa.

El de traducción científico-técnica alemán-español no lo he redactado yo, aunque mi nombre aparezca a modo de firma al final de la primera parte del mismo (lo que no significa que yo no sea el responsable de la asignatura). Es un programa inquietante, porque es sofisticadamente rígido y preciso (probablemente dentro del espíritu de la asignatura, parece un manual de intrucciones), pero resulta útil para reflexionar sobre la materia. Sin apartarme de los objetivos marcados, como ya expliqué en clase, considero conveniente adoptar una metodología que os exija más responsabilidad y permita aprovechar vuestro conocimiento experto.

El programa de lingüística aplicada a la traducción y la interpretación también estaba ya hecho cuando yo me reincorporé el año pasado a la disciplina de la Casa; mi nombre no figura en el mismo y sí el de dos profesores que ya no imparten la asignatura. Dejando aparte que es de todo punto imposible cumplir algún que otro apartado (en particular, visto el tamaño de los grupos, el de la evaluación continua), sí pueden cumplirse los objetivos y contenidos: acercarse a los grandes temas que más nos interesan (teoría general de la traducción, semántica, pragmática, lingüística del texto y problemas de traducción) a través de textos científicos originales. De entre todas las asignaturas que imparto, lingüística aplicada es la más trabajosa, por las características de la materia, el sinnúmero de estudiantes y la dificultad que supone intentar llevar a la práctica un método participativo con un centenar de estudiantes amontonados en las dependencias más góticas del Palacio de las Columnas.

Si no lo habéis hecho ya, echadles un vistacillo a los programas, suele resultar útil.

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