Cómo haceros llegar los materiales que vayamos necesitando y las fallas de la comunicación electropostal: a ver cómo solucionamos estos problemas.
Hasta mi llegada a la Universidad de Granada hace ahora doce meses justos, la cosa era sencilla: decía todo lo que tenía que decir y mandaba todo el material por correo electrónico. En mis anteriores universidades, los grupos eran pequeños, las listas de correo abarcables, los reenvíos de lo que no llegaba a su punto de destino, posibles sin grandes esfuerzos. Aquí todo es más complicado, por el tamaño imposible de los grupos, que todo lo dificulta.
Tomemos como ejemplo mi grupo de lingüística aplicada: a 7 de octubre, 93 alumnos, y cada día figuran más en las listas oficiales. Han pasado nueve días desde que comenzó el cuatrimestre, mi lista -recién reactualizada- contiene unas 60 direcciones, pero no todas funcionan y muchas no admiten envíos pesados. El esfuerzo necesario para reenviar lo que no llega cuando los fallos son frecuentes y cada reactualización de las listas supone diez destinatarios más es desmesurado. No sólo son cuestión de suerte los envíos de veinte megas, ni siquiera puedo estar seguro de que lleguen los imeils más ligeritos. El año pasado tuve que dedicarle casi tanto tiempo al servicio de correos como a la preparación de las clases (y no exagero demasiado), de modo que este cuatrimestre no hago reenvíos de ningún tipo, ni de materiales ni de correos. No puedo, que diría el humorista con esa prosodia tan suya.
En cuanto a los materiales, una buena solución sería colgarlos en un sitio web del que los estudiantes pudieran bajárselos cuando quisieran, pero la idea es arriesgada: muy legal, muy legal sensu stricto no sería la cosa y la SGAE persigue despiadadamente a los piratas de poca monta: Ramoncín might be watching. La copistería Fotocopias 501 (BuenSuceso, 29) puede echarnos una mano, al menos con los textos escritos. Antonio Aranda, el Señor de las Fotocopias, es competente y organizado y debe de haber hecho bastante más por la difusión del conocimiento en Traductores que ningún profesor de la Casa.
Resumiendo: intentaré mantener el correo electrónico como herramienta para haceros llegar los materiales que necesitemos, pero no reenviaré nada bajo ningún concepto; no obstante, mandaré copia de todo a la 501, por si los envíos a domicilio no funcionan. Al margen, para los asuntos de interés más general, procuraré ir publicando en este blog las circulares que antes os mandaba a vuestras direcciones de correo electrónico particulares. El correo electrónico lo iremos reservando para asuntos más concretos, o más personales.
Aunque pueda resultar una lata tener que consultar este blog con frecuencia y la comunicación sea menos íntima, lo fundamental (que todo el mundo pueda enterarse de todo aunque su servidor de correo no coopere) queda mejor salvaguardado con este sistema.
3 comentarios:
Hay otra alternativa: colgar las cosas más importantes en el tablón de docencia, al que se llega por el acceso identificado en la web de la UGR. No se cuánto espacio (megas) estará reservado para cada asignatura o si habrá un límite para el peso de los archivos, pero al menos no creo que Ramoncín tenga controlada esa vía para compartir cosas gratis.
Estimado Jorge, el tablón de docencia es menos flexible y más complicado y falla más que un blog simplecito como éste. Además, no acaba de convencerme su interfaz de usuario, ni el hecho de que sólo profesores y alumnos autorizados puedan acceder al contenido. Yo creo que podremos apañarnos bastante bien con Google Docs (y/o la 501) para los textos escritos y alguna otra plataforma de intercambio para los archivos de audio.
Tres años después, el imputado es el Rey del Pollo Frito: Ramoncín, imputado en la causa por las irregularidades de la SGAE. ¡Lo que son las cosas!
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