Ya ha comenzado, el jueves pasado, la parte del curso en que los estudiantes dirigen las clases, en tanto que exponen y defienden sus traducciones. Quedan por resolver, sin embargo, algunas cuestiones de organización; y no todos los participantes han decidido qué texto van a proponer a la asamblea.
La forma. Para comenzar, un tironcillo de orejas: no se están cumpliendo los plazos de entrega de los materiales imprescindibles para las exposiciones (texto origen más vuestra versión en castellano del mismo, sin olvidar el abstract). Sólo tres o cuatro días de antelación para las tres primeras exposiciones no es antelación suficiente si no queremos andar siempre con el agua al cuello. Procurad, por favor, tenerlo todo enviado al menos una semana antes de que tengan lugar vuestras exposiciones; por vuestro propio interés: un debate productivo es algo menos improbable con una clase algo mejor preparada.
En segundo lugar, hay, por lo menos, dos participantes en el curso que aún no tienen fecha de exposición, al tiempo que, por lo menos, otras dos tienen fecha pero no tema. Aún queda alguna tarde libre, pero yo os sugiero que os juntéis y forméis grupos de dos para las exposiciones: el trabajo en equipo suele ser más productivo y los resultados que se presentan ante la clase, con frecuencia, mejores (aunque sólo sea porque, al ser dos los traductores, necesariamente, hay una instancia más de revisión del trabajo). Se encuentran aún sin fechas y desintegradas Anna Galaichuk y nuestra recentísima incorporación Sofia Ricci: os recomiendo, Anna y Sofia, que tratéis de buscar compañera o compañero dirigiéndoos a todo el grupo a través de la lista de correo o directamente a quienes veáis solas o solos en el cronograma.
La lista de correo, recién actualizada, os la acabo de enviar por imeil: contiene dos incorporaciones. Reactualizadla, por favor, para que nadie se quede sin los materiales que nos giréis próximamente. Quienes no hayáis podido recibir el material porque aún no estabais en la lista, dirigíos, por favor, a los responsables de las respectivas exposiciones para que os lo reenvíen.
El fondo: dos cuestiones acerca de la elección de texto. La primera, que ha surgido en tutorías y preguntas electropostales: los textos que acabéis eligiendo tienen que estar escritos originalmente en lengua inglesa, de modo que no nos valen los de Isaac Bashevis Singer, Haruki Murakami o Michael Ende (por mucho que la mayoría de sus lectores no los hayamos leído en yiddish, japonés o alemán y su éxito universal les venga por sus traducciones al inglés). Ojo, no confundáis su origen con la adscripción de los autores a una literatura determinada: en literatura, Conrad y Nabokov son ingleses, Ionesco, francés y Canetti, alemán.
La segunda, también vista en tutorías, viene a ser una variación de la anterior: el texto que elijáis no tiene por qué ser asequible, pero sí accesible. Los textos pueden ser difíciles, porque sean muy sofisticados o exijan documentación extensiva (cualquier texto literario, bien tratado, es potencialmente difícil); pero deben estar escritos en un inglés que pueda entender un buen conocedor de la lengua inglesa sin tener que recurrir a aclaraciones o exégesis filológicas: los textos tienen que ser razonablemente accesibles aun sin conocimientos filológicos especializados. En resumen, que el Beowulf original, con su rima aliterativa, no nos vale, entre otras razones, porque no está escrito en inglés, sino en inglés antiguo o anglosajón. Ni todo el amor que le profesemos a la filología debe hacernos olvidar que T12 inglés es, en gran parte, un curso práctico de traducción.
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1 comentario:
Eso que dice de que sólo valen los textos originales no me convence. En literatura todo es reelaboración (es decir, traducción) de lo que ya había. Y si todo es traducción, no hay textos que sean más originales que otros y no se puede vetar un texto sólo porque sea traducción evidente de otro que, a su vez, también debe ser considerado una traducción (porque ¿qué no es traducción?).
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