lunes, 30 de noviembre de 2009

Los hermanos Grimm: cuentos descafeinados

Contar cuentos es una tradición oral que ha existido desde la antigüedad con el propósito de enseñar a través de la amenaza y el miedo; cuentos que, la mayoría de las veces, tenían un desenlace bastante atroz y que, al contrario de lo que se suele pensar, no eran precisamente infantiles.

Perrault es el primer autor conocido en el marco centroeuropeo que empezó a poner por escrito estas historias a finales del siglo XVII. Su intención era recoger los cuentos que circulaban en Francia y Alemania y adaptarlos a un público infantil sin tener que modificar demasiado su contenido y manteniendo el toque macabro.

Más tarde, en el siglo XIX,
los hermanos Grimm reescribieron esos mismos cuentos pero de un modo tan políticamente correcto e infantil que eliminaron gran parte de ese trasfondo cruel y muchas de las enseñanzas que aportaban.

Aunque el cuento seleccionado para su traducción (
Das Bäuerlein im Himmel) no sea un claro reflejo de estos cambios, veremos algunos ejemplos de cómo han ido evolucionando las distintas versiones y conoceremos el auténtico final de Caperucita Roja o de La Bella Durmiente.

Laura Morcillo Eusebio, traducción literaria alemán-español [exposición del 02/12/2009]

1 comentario:

Jorge Reyero dijo...

¡De nuevo lo políticamente correcto!

Hablando de cuentos, hay por ahí un libro que riza el rizo: "Cuentos infantiles políticamente correctos" de James Finn Garner. Recuerdo que una profesora nos leyó en clase hace años el de Caperucita Roja, y hacía gala de un humor un tanto... corrosivo. Os recomiendo que le echeis un vistazo.