lunes, 4 de abril de 2016

«Morgen, morgen, nur nicht heute, sagen alle faulen Leute». ¿Qué nos enseña la fraseología sobre la cultura?

«Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo», «poner a alguien mirando para Cuenca» o «a buenas horas, mangas verdes»: ¿entendería esto un alemán sin que nosotros se lo explicásemos? ¿Sabríamos contarle el origen de estas expresiones? ¿Hasta qué punto las frases o expresiones hechas forman parte intrínseca de la cultura de la lenguas?

Si os pica el gusanillo sobre la fraseología alemana y sus implicaciones culturales, venid a clase el próximo 7 de abril: haremos un breve repaso de algunas expresiones, sabremos por qué son importantes a la hora de traducir y, por supuesto, en qué contextos podemos utilizarlas a la hora de hablar en alemán.

Si quieres saber qué significan expresiones como «die Kuh fliegen lassen» o por qué los alemanes dicen «das kommt mir spanisch vor», ¡no dudes en venir a ver nuestra exposición! Os aseguramos que, tras verla, la fraseología alemana wird in aller Munde sein.

Silvia López Ortega y Manuela Molina Ruiz, cultura alemana [exposición del 07/04/2016]

 Nachtrag
¿Nunca te has parado a pensar en lo que hay detrás de nuestros refranes? La verdad es que nosotras lo hicimos y nos llamó la atención cómo el refranero español está lleno de referencias culturales. Si no lo crees, piensa por qué decimos «poner a alguien mirando para Cuenca» y no «poner a alguien mirando para Salamanca»; porque desde el punto de vista sintáctico vienen a ser lo mismo, ¿no?

Lo cierto es que hay mucha cultura detrás de los refranes, pero no sólo detrás de los refranes, sino también detrás de las expresiones cotidianas, del habla coloquial, etc. Nosotras queríamos indagar en la cultura que hay detrás de los refranes alemanes y, para ello, nos centramos en algunos aspectos culturales como los estereotipos, la historia y, en especial, los animales.

¿Y por qué los animales? Desde la Antigüedad, los animales han formado parte intrínseca de la cultura global. Los egipcios adoraban a dioses mitad humanos mitad bestias; los griegos contaron historias sobre dioses metamórficos que se transformaban en cisnes o toros; y nuestros antepasados de la Edad Media crearon bestiarios sobre ellos.

Se puede decir que los animales están por todas partes. En nuestros hogares, en los supermercados, en la religión, en la heráldica... Por eso, no es extraño suponer que se hayan hecho un hueco en la lengua en forma de vivas paremias que enriquecen nuestra manera de hablar.

Todo empezó hablando en clase del papel del cerdo en la cultura alemana, donde es un animal semisagrado por estar relacionado con la suerte. De hecho, si un alemán dice «Schwein gehabt!» no quiere decir que haya tenido un cerdo recientemente, sino que ha tenido suerte.

¿Qué más diferencias existirán entre nuestra cultura y la alemana? Destacamos tres animales en la fraseología alemana: la vaca, el gato y el caballo.

La vaca, asociada en español a la corpulencia, en la cultura germana se considera más bien idiota. No goza de buenas connotaciones en ninguna de las dos culturas, pero el significado cambia. Por tanto, no es raro escuchar que «eine Kuh macht Muh, viele Kühe machen Mühe» (literalmente, una vaca hace mu, muchas vacas dan problemas). Además, hay otras expresiones, como mínimo curiosas, relacionadas con las vacas; por ejemplo «die Kuh fliegen lassen» (literalmente dejar a la vaca volar), que significa «soltarse la melena», aunque con una connotación negativa a veces.

En la cultura española, al gato se le suele asociar la astucia. Sin embargo, en Alemania se asocia al poder o a la suerte. Como ejemplo de estas connotaciones tenemos «wenn die Katze aus dem Haus ist, dann tanzen die Mäuse» (literalmente, los ratones bailan cuando el gato está fuera de casa) y «die Katze fällt immer auf die Füße» (literalmente, el gato cae siempre de pie). Por otro lado, si te has ido de fiesta y al día siguiente te sientes mal, probablemente tengas einen schrecklichen Kater.

Por último, en Alemania al caballo se le otorga el rasgo de ser trabajador. Donde nosotros haríamos uso de estereotipos nacionales o raciales («trabajar como un chino» o «como un negro»), el alemán diría «wie ein Pferd arbeiten». Además, llama la atención que el caballo se use como trasunto del ser humano, como sucede en «ein gutes Pferd springt nicht höher, als es muß» (literalmente, un buen caballo nunca salta más alto de lo que debe); que, en español, podríamos traducir como «quien mucho abarca, poco aprieta».

En conclusión, vemos que la fraseología es una buena manera de aprender otras culturas sin dejar de aprender de la nuestra propia. Además, un buen refrán dicho a tiempo, ¡demuestra un gran dominio de la lengua!

Silvia López Ortega y Manuela Molina Ruiz

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