lunes, 11 de mayo de 2015

¿El dopaje en el deporte? Una cuestión de Estado en Alemania

¿Sabías que gran parte de los éxitos deportivos que obtuvo la RDA en las décadas de los 70 y los 80 fue gracias a un programa de doping totalmente controlado por el Estado? ¿Qué fin tenía esa sistemática alteración de las capacidades de sus atletas? ¿Cómo afrontan y qué piensan hoy en día los alemanes acerca de este tema?

Antes, el dopaje era ampliamente utilizado en Alemania, orquestado por el propio gobierno. Años después de la caída del Muro y el desmantelamiento de la RDA, cayeron también grandes figuras del deporte alemán. Dieter Baumann, Johann «Juanito» Mühlegg o Jan Ullrich, los casos conocidos por todos los aficionados, no eran casos aislados.

Las cosas son muy diferentes hoy en día. El dopaje entendido como la utilización de sustancias prohibidas para potenciar el rendimiento de los atletas está muy controlado y castigado por la Ley.

En nuestra exposición, además de tratar el tema del dopaje de Estado alemán, hablaremos de la lucha alemana contra el doping en la actualidad y ofreceremos una comparativa entre cómo se vive y se combate el dopaje en Alemania y en España.

Así que, si quieres informarte y sientes curiosidad acerca de todos estos temas, Fran, Manu y Alejandro te esperamos en el aula 18 el día 20 a las 16:00 horas.

Francisco Óscar Checa Fernández, Alejandro de Guzmán Manzano y Manuel Ramos Peña, cultura alemana [exposición del 18/05/2015]

 Nachtrag
«Yo era joven, ingenua y quería lograr un buen rendimiento. Mi gran motivación era que quería ver mundo, disfrutar de ciertos privilegios reservados a los deportistas de la RDA. Sólo teníamos una vida. ¿Cómo íbamos a saber nosotros lo que era en realidad?» – Ines Geipel, ex atleta y plusmarquista de Dresde

Durante los años 70 y 80, la República Democrática Alemana logra una serie de éxitos deportivos sin precedentes. Un pequeño país de apenas 17 millones de habitantes consigue superar a la superpotencia Estados Unidos y quedar sólo por detrás de la Unión Soviética. Su apogeo llega en los JJ. OO. de Seúl 1988, donde consiguen 102 medallas en total, 37 de oro.

Todo esto tenía una explicación: oculta tras el telón de acero durante décadas, la verdad salió a la luz con la caída del muro de Berlín en 1989. La RDA había practicado un dopaje sistemático de sus atletas orquestado y organizado desde el propio gobierno, lo que se conoce como dopaje de Estado.

El sistema constituía un sofisticado engranaje estatal impulsado desde las cotas más altas del gobierno. Las sustancias dopantes eran producidas por Jenapharm, la principal farmacéutica del país, y entregadas a los entrenadores, los cuales eran los encargados de distribuirlas en las dosis indicadas a los atletas. Los atletas desconocían la verdadera naturaleza de las sustancias que tomaban, ya que nunca se hablaba de dopaje: siempre se empleaban nombres como «sustancias de ayuda» o «complejos vitamínicos». Con la caída del muro y el acceso a los documentos de la Stasi, se descubre que fueron víctimas de estas prácticas más de 15.000 atletas. Las penas de prisión y las indemnizaciones fueron muy escasas y los principales culpables jamás pisaron la cárcel. Con el paso del tiempo, se descubre que el dopaje de Estado no fue un asunto exclusivo de la RDA, sino que también se dio un dopaje sistemático en la RFA.

Por varios motivos, el dopaje organizado sigue siendo un tema relevante en Alemania. Aún no se ha terminado de condenar a los culpables o indemnizar satisfactoriamente a las víctimas, a pesar del empeño de la Asociación de Ayuda a las Victimas del Doping, (Doping-Opfer-Hilfe) y la implicación de su presidenta, Inés Geipel, una ex atleta víctima del dopaje de Estado. Y también influyen los casos notorios de deportistas alemanes dopados, como Jan Ullrich o Dieter Baumann: tras carreras exitosas, es al final de sus vidas deportivas cuando sale a la luz su implicación en casos de doping, por lo que son apartados de la vida deportiva y pasan a ser repudiados por parte de la sociedad alemana. Incluso una gran figura como Franz Beckenbauer ha admitido y denunciado dichas prácticas. En general, la sociedad alemana se muestra muy crítica y severa con el doping en el deporte: son numerosos los ejemplos de deportistas alemanes acusados y juzgados por doping que sufren un rechazo absoluto, pasan de héroes a villanos e incluso son motivo de sátira pública. Aquí, también cabe destacar la labor del famoso Laboratorio de Colonia, que desempeña un papel fundamental en la detección de casos de doping y está acreditado por la Agencia Mundial Antidopaje.

Ahora bien, una cosa es el rechazo social y otra, bien distinta, el modo en que las diversas instancias estatales de la actual Alemania tratan el tema. Desde nuestra modesta perspectiva, creemos que el dopaje de Estado no se ha tratado —ni se trata— con la seriedad necesaria: las penas y las indemnizaciones son insuficientes. Todo apunta a que el deporte era, fundamentalmente, un mecanismo para adquirir un estatus político en el contexto mundial y que los deportistas eran meros actores secundarios en un juego de poderes que iba mucho más allá de la simple actividad deportiva.

Francisco Óscar Checa Fernández, Alejandro de Guzmán Manzano y Manuel Ramos Peña

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